Lesiones principales del sistema osteomuscular y su atención primaria
Para empezar debemos saber que es una lesión osteomuscular:
Es toda aquella alteración en los músculos, huesos, articulaciones y tendones que se traducen en una lesión que afecta en mayor o menor medida al desempeño de actividades físicas. Es decir, son afecciones en el sistema locomotor, aquel encargado del movimiento corporal. Debido a traumatismos, malas posturas, el propio envejecimiento e incluso por razones genéticas, estas partes de nuestro cuerpo pueden inflamarse o deteriorarse, cosa que se traduce generalmente en un dolor más o menos agudo, pérdida de fuerza o incapacidad funcional de la región afectada.
Las principales lesiones que puede sufrir nuestro sistema locomotor son:
· Tendinitis
Los tendones son tejidos que unen los músculos a los huesos.
Su función es la de transmitir el movimiento desde los músculos a los huesos
para permitir la locomoción, pero no deben ser ellos los que hacen fuerza. Esto
es tarea de los músculos.
A causa de una sobrecarga de estos tendones por movimientos
repetitivos realizados de forma incorrecta, es posible que se inflamen, momento
en el que empezamos a hablar de tendinitis.
La tendinitis suele ocurrir en hombros, codos, muñecas,
rodillas y talones y cursa con dolor. La mayoría de casos se tratan simplemente
con reposo, aunque es posible que la administración de medicamentos para
aliviar el dolor o acudir a sesiones de fisioterapia sea necesario.
· Artrosis
La artrosis es una enfermedad osteomuscular muy común debida
al propio envejecimiento del cuerpo. A medida que avanza la edad, los
cartílagos de las articulaciones empiezan a desgastarse y a dar lugar a esta
patología.
La artrosis suele aparecer
a partir de los 40 años y, llegados a los 80, la práctica totalidad de la
población la sufre en mayor o menor medida. La degeneración del cartílago hace
que los huesos de las articulaciones rocen entre sí, algo que provoca dolor y
pérdida de movilidad.
Se trata de una enfermedad crónica y el daño en el cartílago
es irreversible, por lo que no existe cura. De todos modos, el tratamiento va
enfocado a reducir el dolor y a intentar mejorar la movilidad. La mejor
prevención es evitar el sobrepeso y realizar actividad física moderada.
· Lumbalgia
La lumbalgia, conocida popularmente como “dolor de espalda”,
es una de las enfermedades osteomusculares más comunes y, de hecho, es una de
los motivos de baja laboral más frecuentes en todo el mundo.
El dolor de espalda puede aparecer debido a un traumatismo,
caída o levantamiento de peso pesado, en cuyo caso se trata de una lumbalgia
aguda que durará menos de dos meses. De todos modos, también puede surgir una
lumbalgia crónica a causa de trastornos y degeneraciones de la columna
vertebral.
En la mayoría de casos, el dolor de espalda mejora
paulatinamente con reposo y cuidados en el hogar. Se recomienda la
administración de analgésicos. Estar estirado en la cama no se debe hacer, pues
retrasas la mejora.
· Ciática
La ciática es un trastorno osteomuscular debido a una
compresión del nervio ciático, el cual va desde la parte inferior de la espalda
hasta abajo de cada pierna, pasando por las caderas y los glúteos. Esto provoca
inflamación, dolor y entumecimiento de la pierna afectada.
La ciática aparece a causa de un estrechamiento del nervio
ciático, cosa que suele ocurrir por distintos trastornos de la columna
vertebral.
La mayoría de casos de ciática, pese a que el dolor puede
ser grave, se resuelven con medicamentos a las pocas semanas. De todos modos,
los casos más serios pueden requerir una intervención quirúrgica.
· Escoliosis
La escoliosis es una enfermedad osteomuscular caracterizada
por una curvatura de la columna vertebral. Este trastorno normalmente no cursa
con dolor, pero sí puede provocar que la cintura y los hombros estén
disparejos.
Se desconoce la causa de la mayoría de casos, aunque se sabe
que suele ocurrir durante el periodo de crecimiento anterior a la pubertad. De
hecho, 3 de cada 100 jóvenes sufren este problema, el cual es crónico.
La mayoría de casos son leves y no es necesario ningún
tratamiento. De todos modos, existen casos graves en que la curvatura de la
columna resulta incapacitante para el correcto desempeño de la persona. En este
caso, es posible que sea necesaria una cirugía para reducir la curvatura de la
columna.
· Fracturas
Una fractura es una rotura de un hueso. Suelen ocurrir por
caídas, traumatismos, accidentes de coche, lesiones deportivas, etc. Las
fracturas provocan un dolor muy intenso, hematomas, problemas de movilidad y
deformidades.
Ante una fractura, es muy importante recibir atención médica
de forma inmediata. Lo más probable es que el tratamiento consista en usar un
yeso o una férula, aunque si la fractura es muy grave, la cirugía puede ser
necesaria y consiste en colocar placas o tornillos para mantener el hueso en su
lugar.
· Luxaciones
Una luxación es la separación de dos huesos. Es decir, no
hay una rotura ósea. Los huesos se desplazan de la articulación. La más común
es la que ocurre en los hombros, con el famoso “se le ha salido el hombro de
sitio”.
No son tan graves como las fracturas pero también requieren
intervención médica inmediata. Cuando se tratan debidamente, las luxaciones no
ocasionan lesiones permanentes.
· Hernia discal
Una hernia discal consiste en que un disco intervertebral de
la columna vertebral se rompe, pinzando los nervios cercanos. Esto provoca
dolor, entumecimiento y debilidad en alguna de las extremidades.
La mayoría de hernias discales son debidas al propio
envejecimiento, pues los discos intervertebrales se van dañando con el tiempo.
De todos modos, otra de las causas más comunes es levantar peso con una técnica
inadecuada.
Tomar analgésicos alivia el dolor al cabo de unas pocas
semanas. De todos modos, la mejor prevención es evitar las posiciones
incorrectas a la hora de levantar objetos pesados.
· Tortícolis
La tortícolis es básicamente dolor en la región del cuello
debida a una contracción muscular prolongada de los músculos de esta zona. La tortícolis
cursa con dolor y con una incapacidad mayor o menor para mover el cuello.
La causa principal es realizar un movimiento brusco o
mantener una mala postura durante un tiempo prolongado, aunque también puede
ser debida a la genética de la persona.
Los síntomas más comunes son dolor cervical, limitación del
movimiento del cuello y rigidez. También puede observarse una postura anormal
de la cabeza y, debido a la tensión muscular, dolor de cabeza.
· Fascitis plantar
La planta de los pies tiene la función de absorber la
energía que se produce cuando pisamos el suelo al andar. Sin embargo, cuando se
pisa mal, es posible que obliguemos a la planta de los pies a hacer fuerza,
algo para lo que no está diseñada.
Por lo tanto, es posible que esta estructura se sobrecargue
y se inflame, momento en el cual hablamos de fascitis plantar. Provoca dolor en
la planta de los pies, especialmente en la zona del talón.
El dolor suele ser agudo por la mañana debido al
agarrotamiento muscular matutino, aunque va desapareciendo a medida que
andamos. Es un trastorno muy común entre los corredores, aunque las personas
con sobrepeso y/o las que llevan un calzado inadecuado también son población de
riesgo.
El tratamiento consiste en hacer reposo, colocar hielo y
estirar la zona. De todos modos, si el problema persiste, es posible que sea
necesaria la administración de medicamentos, sesiones de fisioterapia e incluso
cirugía.
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